El Despegue - Caracas nos despide con rumbo a Boca de Uchire.

Ya ha pasado un mes de aquella excelente travesía recorriendo las costas del estado Vargas, de conocer a sus lugareños y hacer algunas buenas fotos con el juego de luces que brindan sus atardeceres, ya ha llegado la hora de iniciar un recorrido más largo, quizás el más largo de nuestras vidas.

No hay nervios, no hay miedo, tal vez solo un poco de ansiedad; ansiedad por lo incierto, por lo que nos aguarda en cada kilómetro de porvenir.

Haciendo recuento del equipaje nos damos cuenta que tal vez sea demasiado para cargar en el #ElCongorocho, sabemos que él es fuerte, un guerrero del camino, pero… ¿no estaremos abusando de su fortaleza?.

Como si de un juego de Tetris se tratase montamos cada bolso, cada pequeña bolsa y todo espacio que fuese posible se utilizó, con todo cargado no queda más que descansar y esperar el amanecer para salir con el cantar de los gallos (es solo un decir, no hay ni uno en la zona).

Nuestra primera mañana inicia sin demora, un cafecito cargado para activarnos y a hacer el despegue se ha dicho. El Congorocho arranca sin titubeos, el rugir del motor nos da seguridad y el olor del asfalto nos anima a avanzar.

Los dos primeros kilómetros de camino ya dan una pequeña señal de alerta que no debemos ignorar, @osobrowntello siente a El Congorocho tal vez un poco forzado, tal parece que se nos fue la mano con la cantidad de equipaje cargada. El proyecto no puede ponerse en riesgo por semejante detalle así que la solución no necesita ni siquiera ser discutida, un pequeño desvío para entrar en Caracas y descargar equipaje en casa de familiares, no hay de otra.

Ya con unos 25 kilos menos y redistribución del equipaje estamos nuevamente en la vía, la diferencia se hace notar, El Congorocho ya se desplaza con más ligereza, si bien la precaución al volante es constante pues el peso sigue siendo significativo y afecta a las maniobras en la vía.

Nuestra primera parada está programada en Boca de Uchire, puerta del estado Anzoátegui donde nos espera una posada que hasta ahora, parece ser un lugar prometedor, de descanso y disfrute.

En la autopista hacia El Guapo, la vía nos hace su primera jugada, luego de una tenue pero muy extensa subida El Congorocho decide que es momento de descansar justo en un punto de control de la Guardia Nacional, los oficiales amablemente nos ayudan a acomodarlo en la orilla de la vía y curiosos hacen preguntas tipo… ¿A cuánto corre ese bicho?, ¿Esos no llevan agua?, ¿Y sí aguanta ese viaje?… a todos les causa gracia la idea de que tres locos anden por ahí en un escarabajo viajando y conociendo lugares.

Pasado el receso seguimos en ruta, no será hasta llegar a la localidad de El Guapo que hagamos nuevamente una parada de descanso para comer algo y darle otro respiro al animalito.

Llegar a Boca de Uchire nos alivia, El Congorocho parece estar sobrepasando su temperatura óptima, los entendidos en materia de Volkswagen refrigerados por aire sabrán que no es algo común el tema de recalentamiento en el motor, es un síntoma de que algo no está bien, por el momento presumimos que pueda tratarse del aceite, posiblemente ya alcanzó su máximo de vida útil y es hora de cambiarlo.

Aprovecharemos estos días de parada para que @alvwtrejo pueda poner manos a la obra con el cambio de aceite y cualquier otro detalle con El Congorocho, mientras tanto @osobrowntello y mi persona (@Jefotdigital) nos encargamos de ajustar detalles de logística y equipos para los días venideros, todo esto bajo el techo de @posadalapastorabeach , el lugar que nos recibió a puertas abiertas y del cual les puedo decir... ¡ES TODO UN PARAÍSO!

No te pierdas nuestro próximo Post sobre nuestros días en Boca de Uchire, @posadalapastorabeach y nuestra salida rumbo a la ciudad de Puerto Ordaz.

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