top of page

Entre Espárragos y Fotos

  • Foto del escritor: SueltoSur
    SueltoSur
  • 12 mar 2018
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 30 abr 2018

¿Qué mejor día que un domingo soleado para hacerle unas fotos al Congorocho?



La respuesta a esa pregunta no pudo ser otra que darnos un paseo a las playas capitalinas para disparar unas cuantas instantáneas al protagonista de la ocasión.


La jornada comenzó con unas vueltas de prueba en la ciudad capital, y el ronronear del motor parecía decir que lo único que faltaba en la ecuación era arena de playa, no se diga más; con viento en popa nos enfilamos buscar a @irly.chaurio quien sería nuestra fotógrafo de la ocasión y acto seguido marchar rumbo a las costas varguenses.



Entre risas y viejas anécdotas el camino se nos hizo en extremo corto, en un abrir y cerrar de ojos sentíamos el salitre marino entrando por las ventanas, ¡¡habemus playas!!



Sin embargo, no fue sino andar unos kilómetros de costa para que el “mal de mar” se apropiara del Congorocho. El oído experto de Oso Brown alertó que algo no estaba bien, “será mejor no adentrarnos mucho en la costa” y con esta acertada previsión decidimos hacer el alto en un pequeño parador a orillas del camino. Ya pasaban de las 5pm, por lo que un rápido atardecer nos dio unos escasos 15min de sesión con la lente de Irly.



Al Trejo como buen médico de cabecera no apartó sus expertas manos del motor que ahora más que ronronear, parecía tener algunos indicios de tos combinada con hipo. Toques técnicos por aquí, toques técnicos por allá… mientras Oso Brown y yo muy preocupados nos retratábamos con el ahora convaleciente Congorocho, típico de los buenos amigos, joder al otro en los momentos más inoportunos.




¡Es momento de volver! La voz de mando de Al fue amén para nosotros, el bienestar del Congorocho es la prioridad, ¿ven? al final no somos tan malos como parecemos…





Ya en camino de regreso nos damos cuenta de que las dolencias del Congorocho van más allá, una vibración bastante anormal nos hace entrar en cuenta que una de sus ruedas no está bien, ¡el animalito cojea!. De nuevo hacemos parada para revisión, el diagnóstico; dos espárragos del neumático trasero se rompieron (nuestro Congorocho tiene 4 espárragos por rueda). Al hace gala de su mayor ingenio y destreza, toma un espárrago de otra de las ruedas para compensar las faltantes. En este punto ya nos cuestionamos si es seguro o no retornar a casa en esas condiciones.



Llave en switch, pedal en hondo… y el Congorocho no reacciona. Dos intentos, tres intentos y es al quinto que vuelve en sí, sin embargo, sin fuerzas… casi como pidiendo cama para un largo descanso.

El “mal de mar” hizo de las suyas, nuestro bólido amigo pernoctó en Vargas hospedado por una mano amiga gracias a @rafael_1ra, de esas que aparecen en el momento indicado, nosotros de regreso a casa con la esperanza de que este mal no resulte en una alergia al salitre (porque en el camino tendremos baste). Sin embargo estamos seguros de que como un miembro más de este equipo, ese Congorocho tiene la fuerza y el espíritu indomable que unas pequeñas fallas no podrán doblegar.

El camino nos espera, ya les contaremos la recuperación.




Comments


Suelto en Suramérica

 

Todos los derechos reservados

Caracas - Venezuela 2018

Síguenos

  • Instagram - Gris Círculo
  • Facebook - Grey Circle
  • SoundCloud - Grey Circle
  • YouTube - Grey Circle

Únete a nuestra lista de correo

© Suelto en Suramérica. Creado con Wix.com

bottom of page