Puerto Ordáz - 7 días con motor fuera de borda

Con cada kilómetro recorrido sentimos que las cosas se están emparejando, los pequeños desperfectos se solventan y todo comienza a tomar su curso, el cambio de aceite en Boca de Uchire y la alineación en Puerto Píritu nos hacen sentir afianzados en el camino, pero a veces la confianza hace de las suyas y te pasa un pequeño recordatorio de que no todas las tienes ganadas.

Luego de hora y media rodando El Congorocho no tiene su ronroneo habitual, suena más parecidos al chirrido de las chicharras que a cualquier otra cosa, hacemos una parada médica para que el paciente sea chequeado, y para nuestra sorpresa, un bote de aceite de unas 5 gotas se hace presente, no se trató entonces de que el aceite anterior estuviese o no vencido, el congorocho parece necesitar más que un simple cambio del alimento vital. Una espera de 40 minutos que se nos hace eterna, Al Trejo con rostro pensativo, en estado de reflexión o autocrítica y un sol inclemente son ingredientes perfectos para comenzar a sembrar dudas y miedos en nuestras cabezas.

Seguimos el camino y con prudencia llegamos a la ciudad de Puerto Ordáz, nuestra parada acá será larga, tomando mucho más tiempo de lo que teníamos previsto.

Complicación con el motor

En Puerto Ordaz no faltaron las manos amigas, el Taller del buen Portillo fue el lugar en que Al Trejo pudo operar, luego de bajar el motor se llegó a la conclusión de que una estopera era la causante de todos los males, repuesto en mano y con todas las ganas se ensambló nuevamente el corazón del Congorocho. Llave en swiche y encendido de motor, el congorocho enciende sin mayor problema, pero el ronroneo sigue sin ser el mismo, inconstante, con algunos zumbidos y soplidos que el oido de Tello Brown detecta y ya conoce irregulares. Luego de una vuelta de prueba se confirman los temores del Oso, el Congorocho aún no está bien, de hecho el bote de aceite se ha incrementado.

Otro golpe bajo se nos suma ahora, Al Trejo recibe noticias que complican su plan de continuar el camino de SueltoSur, es un golpe duro en un momento sumamente crítico pues aún seguimos sin solventar los detalles del motor.

Es hora de un plan “C” sin Al Trejo a nuestro lado es hora de buscar una mano ajena que nos ayude a solventar la situación, entre los entendidos en materia VW surge un nombre que puede ser la solución, “el señor Mario es el duro con esos carros” es la expresión que resuena en distintas oportunidades y por la cual nos emprendimos en su búsqueda.

Nuestro camino se torna incierto, con unos tonos grises bastante oscuros por momentos, y si bien no perdemos la fé de que encontraremos el camino y la solución correcta, nos pone en duda el tiempo y gastos que esto pueda tomar.